Es una película muy impactante que toca varios temas: la muerte, las relaciones padres e hijos o la soledad y se desarrolla en un escenario muy curioso: Japón.
Trudi sabe que su marido está gravemente enfermo y no le queda mucho tiempo de vida. Lo convence para ir a ver a sus hijos a Berlín pero su visita parece no agradarles mucho. Al final deciden irse a un hotel en el Mar Báltico y allí muere ella inesperadamente. A partir de entonces, Rudi, su marido, se marcha a Japón en un intento de comprender a su mujer. Trudi era una enamorada de la danza japonesa y él se irá allí como tributo para ella. En su viaje conocerá a una adolescente bailarina con la que emprenderá la visita del Fujiyama y donde terminará su vida.
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