jueves, 20 de enero de 2011

El vampiro de Cartagena

No me gustan las historias de miedo y la del vampiro de Cartagena no lo es; diría incluso que tiene partes muy cómicas como la que rodea al cura "cazavampiros".
Al puerto de Cartagena llega un ataúd que nadie reclama y que el encargado de paquetería lo reenvía a La Coruña. Al poco de salir para Galicia se presenta un cura en las oficinas de la aduana que pregunta por el ataúd. Cuando el cura le explica al aduanero que el ataúd encerraba un vampiro, la vida del pobre encargado se le hace una cuesta arriba: no puede dormir bien, la relación con su familia y compañeros de tertulia se resiente y vive obsesionado por las muertes que el vampiro va dejando tras su paso por la geografía española.
Al tiempo el ataúd vuelve a Cartagena y visto que nadie lo reclama y no puede matar al vampiro (el cual nunca se le aparece) recibe la orden de enterrar el féretro. Por lo menos consigue algo más en su vida: cambiar las normativas de los paquetes que no se recogen al añadir una tercera opción, la de enterrarlos si no se pueden donar a la beneficencia o destruir. ;)
Es un libro entretenido que se lee fácilmente pero lo que más me ha llamado la atención es que el autor se inspiró en una leyenda urbana que existía por Murcia de esta historia.

1 comentario:

  1. Muchísimas gracias por hacerte eco de mi novela en tu blog. Me alegra que su lectura te haya entretenido, yo por mi parte he disfrutado con tus comentarios.
    Un fuerte abrazo.
    Fernando Gómez

    ResponderEliminar