Me encanta la creatividad del cine francés. En esta ocasión, una pianista que vive para la música se muda a una casa que parece estar embrujada pero que en realidad es el resultado del vecino de al lado que no quiere tener vecinos porque las paredes no están insonorizadas y se escucha todo. Al principio, los dos se hacen la vida imposible pero poco a poco empiezan a tolerarse, a conocerse y a interesarse por el otro. De esta forma, comienzan una relación un tanto extraña: sin conocerse, cada uno en su casa pero un relación sin el factor físico no puede mantenerse.
lunes, 14 de agosto de 2017
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