Es la primera película butanesa que he visto y me ha parecido muy interesante. Un grupo de monjes tibetanos que viven en la India están locos por el fútbol. Estamos en la Copa Mundial y los monjes consiguen escaparse del monasterio por las noches para ver los partidos. En una de esas escapados son pillados por el segundo abad y castigados con trabajos y, por supuesto, con la prohibición de ver ningún otro partido. El joven protagonista desesperado porque se ha perdido las semifinales no se resiste a perderse la final y le pide al abad, bajo promesas de compromiso y trabajo duro por su parte, que les permita ver el partido en el monasterio. El segundo abad lleva la petición al abad y este les permite ver la final. Para ello, tendrán que esmerarse en recaudar el dinero suficiente para alquilar la televisión y la antena para poder ver el fútbol. Finalmente no solo consiguen la televisión y ver el partido, sino una poderosa lección de responsabilidad y compromiso.
martes, 28 de octubre de 2014
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