
Creo que es una historia interesante y fácil de leer, además de corta. Como todas las historias, Historia de un prisionero, consigue la identificación con el personaje y comprendes y vives su angustia por la supervivencia en una situación extrema. De igual forma la crueldad, el asesinato o el maltrato rechazan esa identificación y es que como humana aspiro a un ideal eterno de bondad.
No me resisto a copiar un pedacito:
- Quizá tú sepas indicarme algún buen redil, -le dije- por aquí cerca.
- Mira, allí hay uno, el de Haci Mehmet. Es un hombre decente, estarás bien. Me dijo adiós, y espoleó su caballo.Cuando cesó la lluvia, me dirigí directamente hacia un rebaño de ovejas. El pastor se acercó a mí.
- ¿Qué quieres? Me preguntó.
- Busco trabajo -le dije.
Y al momento me arrepentí. Por su modo de hablar comprendí que era albanés, y no quería vivir con ellos, porque eran gente inteligente.