Es la primera película brasileña que veo y me ha dejado un sabor amargo en el "Estómago". Efectivamente, la película gira en torno al estómago, y a cómo ese órgano dirige nuestros sentidos.
La película desarrolla dos historias paralelas del mismo protagonista: una anterior: sus comienzos como pinche y una posterior: su estancia en la cárcel. Realmente no se sabe hasta el final por qué estará en la cárcel pero el descubrimiento supone el punto de enlace entre las dos historias.
Un joven de provincias llega a Sao Paolo y comienza a trabajar como pinche de cocina. El chico tiene buena mano para la cocina y poco a poco irá aprendiendo más y convirtiéndose en un buen cocinero. Por el camino se enamorará de una prostituta a la que propondrá matrimonio.
Por otro lado, en la cárcel se ofrecerá a cocinar para sus compañeros de celda y con sus dotes culinarias irá escalando posiciones entre sus compañeros de cubículo.