
Lo que más me gusta de Edissa son las conclusiones a las que llega, cuando parece que por fin ha madurado: "Nunca volvería a dar un traspié, rompiendo otro cántaro de leche. Cogería lo que la existencia le ofreciera cada día, sin ansiedades, y se daría a los demás sin esperar el cobro de intereses ni mezquindades, apurando cada instante con toda dedicación e intensidad, porque sólo el presente era la vida." Bonito, ¿verdad? Me quedo con estas palabras de esperanza de Edissa.
Me parece una lectura adecuada para jóvenes: nos ponemos en la piel de Edissa y comprendemos cómo se siente por ser así. Además de que mueve sentimientos de respeto, es una lectura que se lee fácilmente, con algunos golpes de humor, pero tierna y romántica.